martes, 5 de agosto de 2014

El abanico de lady windermere

Se reflejaban luces rojas y azules en los grandes ventanales de la mansion Windermere Calton House Terrace. Policias rodeaban toda la casa. Los vecinos de la calle trataban de averiguar que estaba pasando. Muy al fondo de la casa se oían susurros.
-Querida Erlynne la voy a extrañar! Espero que lo pase de maravilla y vuelva a visitarnos- Dijo Lady Windermere.
-Claro que lo haré, gracias por esta foto de usted y su abanico, podría ser mio, despues de todo tiene mi nombre, jaja. Los tendre siempre de recuerdo. Los Augustus, vamos?-Dijo la señora Erlynne. 
-Por supuesto, hasta luego Lady y Lord- Agrego Lord Augustus. 
Ambos se retiraron de la mansion. 
-Señora Erlynne, gracias por realizar la denuncia de robo, ya podemos ingresar a la mansion?- Pregunto la policia. 
-Si, recuerden no nombrarme en ningun momento- Afirmo la señorita Erlynne. 
La señora Erlyne y Lord Augustus se fueron caminando mientras las policias entraban a la mansion a la fuerza. 
Era el dia del cumpleaños de Lady Windermere. En la mansion, Lord Windermere se estaba preparando para entregarle su regalo. 
-Buenos días mi querida reina, feliz cumpleaños! -exclamo Lord Windermere. 
-Muchas gracias querido! -
-Aca esta tu regalo, espero que lo disfrutes. Esta hecho especialmente para ti.. -Anuncio Lord.
-Esto es hermoso, me encanta, ademas mi nombre esta grabado en el. Estoy sumanente agradecida! 
-Me alegro que te guste, recuerda que en pocas horas llegaran los invitados.
Se retiro de la habitación. Horas despues los invitados comenzaron a llegar. Cuando la señora Erlynne apareció, Lord Windermere la tomo del brazo y la llevo a una habitación.
- Que hace usted aca? Le dije que no aparezca!!!- dijo enfurecido Lord Windermere. 
- Vine a recuperar mi abanico, el que usted me robo! Donde lo tiene?-Pregunto.la señora Erlynne. 
-Ese abanico ya no le pertenece, y nunca mas volvera a serlo- Dijo convencido Lord Windermere. La señora Erlynne se puso seria y firme ante esa contestación
-Querido Lord, no se olvide que puedo hacer que toda su vida desaparezca con un simple movimiento. En esta sociedad las mujeres tenemos el control de todo. Con un pequeño y confuso mal entendido puedo hacer que pierda a su esposa, puedo hacerlo quedar como un infiel y que pierda cualquiera que sea su reputacion. Sin mencionar que puedo desmoronar todo su imperio de lujos y riquezas muy facilmente.-Lord Windermere la miro confundido. La dureza con la que hablaba. Esa mujer no podía ser pariente de su fina, dulce y delicada Margaret. Sin embargo, sus ojos eran iguales. Tenian una extrema profundidad que le hacia querer saltar a sus pies. 
No podria hacerle eso a su hija- dijo Lord Windermere sin apartar la vista de los increibles ojos marrones de la mujer. 
-Hace tiempo que perdí el cariño y respeto de mi hija. Ya ni siquiera existo en su vida, por lo que ella en la mia tampoco. Lo que pase a mi ya no me importa. Y aunque usted corra a decirle que soy la madre que la abandono de pequeña, sabe que es inutil. Ella nunca le creera. Su confianza en usted esta debilidatada. Solo ella ah de saber la cantidad de cosas que se le pueden estar pansando por la cabeza al ver que usted y yo entrabamos a una habitación solos. En este mismo momento que usted pierde el tiempo conmigo, su amigo el señor Darlington, aprovecha su aportunidad.- Respondio Lady Erlynne.
-Como puede hablar con tanto desprecio y frialdad. Es su hija la afectada. No una simple conocida. Expliquenme como hace para fingir su amor y preocupació.- Reprocho el hombre confundido. La señora Erlynne dudo por un segundo, luego su cara imparcial de siempre volvio a su rostro. 
-No lo hago, no fingo. Lord Windermere usted piensa que conoce a las personas y luego lo sorprenden y se siente un estupido. Un estupido por no darse cuenta antes, un estupido por no darse cuenta que la gente no cambia. Arriesga todo con una persona para luego arrepentirse. Digame si me equivoco. Digame si esta no ah sido la historia de su vida- hizo una pausa - Asi que no pierda el tiempo conmigo.- Dijo esto y dejo a Lord Windermere estupefacto. La manera en la que la mujer lo habia leído como si fuera un libro. En ese instante comenzo comenzó a arrepentirse de haber robado el abanico como excusa para que esa abominable volviera con su hija. 
La señora Erlynne salió dispuesta a recuperar su abanico. Pero en ese momento se le aflojo el corazón ver a su hija a punto de repetir el error de su vida. Pero ella no queria eso. No queria esa vida para la joven. No queria que fuera formada de esa manera, que nadie la tomara enserio. Que todos la consideraran una mujersuela. Debía impedirlo y asi lo hizo. 
Luego de una larga charla con Lady Windermere, se dio cuenta de la maravillosa persona que era. La manera en la que habia crecido. Como se habia fundamentado por si sola. Como se habia tranformado en una mujer fuerte y segura de si misma. Estaba orgullosa,muy. En ese instante se arrepintió de todo. De haberla dejado y de haber tratado de lastimarla.
Corrio a buscar a Lord Augustus con la esperanza de convencerlo de abandonar la cuidad. Y con su técnica femenina le fue facil conseguirlo. Pero antes de partir llamo a la policía. La desaparición de su abanico no seria algo que quedaría así.Windermere seria castigado. Por su desobediencia, por su intoleridad. Y así fue.
Los policias entraron y se llevaron a Windermere quien fue acusado de robo. Y Lady Erlynne se fue, se fue para nunca volver. 

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